Asociamos la creatividad a la habilidad de dibujar, de pintar, de tocar un instrumento, de cantar bien, etc. Sin embargo, en este caso, me gustaría reflexionar sobre la creatividad como algo inherente a nuestro ser y romper con la creencia de que creativos son algunos pocos elegidos, para poder nadar en la abundancia de un mundo sin fronteras, en el que nuestra energía creativa despierte bajo la conciencia, el permiso y el reconocimiento.
En este sentido, la creatividad depende de nuestra actitud, está en nuestra esencia, en nuestro origen. Estamos hechos de energía creadora, por lo que reconocer este principio nos libera de un pensamiento lineal y predeterminado que atenta contra sí mismo.
Para emprender el viaje hacia el mundo creativo, debemos contar con ciertos elementos: confianza, improvisación, cuestionamiento, búsqueda, disposición frente a lo incierto y al cambio permanente, aceptación, mirada atenta, conciencia del presente y, siempre, ojo curioso. Si tenemos en cuenta todos estos elementos, podremos zambullirnos en el viaje que nos permitirá ser y vivir la energía creativa.
Ahora sí podremos preguntarnos: ¿hago lo necesario?, ¿soy lo que deseo?, ¿me atrevo a mirar lo que quiero cambiar?
La creatividad es un proceso de cambio, de mutación. Es una manera de revisar los elementos aprendidos para resignificarlos desde otro lugar. Es dar vida a la posibilidad de ver nuestros sueños, de confiar en nuestros deseos y de hacer crecer las fantasías. Es abrazar la posibilidad de lo imposible para poder ver nuestra alma encarnada en esta vida.
Somos creación en potencia, por lo tanto, nuestra esencia es la energía creadora. La creatividad es origen, es cambio, es futuro, pero por sobre todas las cosas es el poder del presente.
La creatividad supera al talento. Es descubrimiento, es una nueva mirada que no se limita a una idea, sino que es un fluir infinito de posibilidades.
La creatividad es fe, es convicción, es crecimiento y expande nuestro ser.
La creatividad permite transformar el error en posibilidad y la frustración en éxito. Nos permite convertir el sudor de un proceso ciego en la satisfacción del lenguaje orgánico e intuitivo de la sincronicidad con el universo.
La creatividad es un estado natural del ser en el que podemos brillar, es un estado de ambigüedad que nos proporciona soluciones. El instinto y el juego son llaves maestras que nos permiten romper el pensamiento lineal y la profecía autocumplidora de la frustración.
La creatividad es una habilidad que nos permite tener éxito en la vida.
Rebeca Mendoza
Puertas Adentro, 2018.